LA GRUPETA EN LA TRANSPIRENAICA

El domingo a las 11,00 arrancamos de Bilbao rumbo a la costa francesa del Mediterráneo, preparados a vivir la aventura de la Transpirenaica en bicicleta: todo un reto para cualquier amante de la bici.

Después de padecer una primavera con un tiempo putapénico no las teníamos todas con nosotros. El viaje no hizo sino sembrar de más dudas este campo. Siete horitas de coche, de las cuales no paró de llover más de veinte minutos. A ratos, la lluvia era torrencial. Pa cagarse !

Pero llegamos a nuestro alojamiento en Argeles sur Mer, al ladito mismo de la playa y no pintaba tan mal ( encontramos un garito decentillo donde tomar una cervezola)
A la piltra con muchas dudas......pero con más ganas que dudas.


Amanece en Argeles y el día nos regala una mañana preciosa. Foto oficial de salida en la playa y en marcha.Por delante un par de puertos no muy conocidos: Xatard y la Palomere.
Nos sorprende el primero con una subidita de 23 kms que inicia entre árboles con pendiente suave que va poco a poco cogiendo altura, perdiendo arbolado para dar paso a una parte final de campas despejadas.
El día se muestra ya espléndido y no necesitamos ni chubasquero para las bajadas. 
En la cima nos juntamos con Endika( nuestro ángel de la guarda todos estos días  ) y tras consultara con un lugareño alguna duda de la ruta nos lanzamos a la bajada ( qué gozada ) para enlazar con La Palomere, el primer 1.000 de la aventura.
Otra bajadita de gozar y unos kilometrillos por carretera general con tráfico y viento de cara para, tras los últimos 20 kms llegar a Prades, meta de la primera etapa y punto de partida del día siguiente, que llega casi sin darnos cuenta; eso sí, después de tomar unas cervezotas hidratantes y de peregrinar en busca de un garito donde cenar, que al fin encontramos. Unas pizzas, no nos quedó otra.

El descanso del guerrero, bien ganado este día... y lo que nos quedaba por delante......

Ánimo gente y a disfrutar.

Salen contentos en la ultima etapa. Les queda por delante lo de 140km y buenos puertos como Bagargui. Al final chapuzon en la playa.

Poco a poco os iremos contando cómo ha ido la aventura.

A modo de adelanto, deciros que la experiencia ha sido más que buena......muy buena, enorme, grandísima, sensacional...FRANCAMENTE !!!
A priori parece una salidita más, pero una vez metidos en harina cambia mucho la perspectiva: es toda una aventura

Qué bien nos lo hemos pasado !!!!!

Falto el chapuzón en la playa,, decían que estaba fría, les falto.....

TRANSPIRENAICA 2013. ETAPA 2
 
Segundo día de navegación por Los Pirineos: tras los últimos retoques a la ruta el día anterior y de un sueño irregular, desayuno a tutiplén, preparativos de marcha y nos ponemos en camino. Por delante dos puertos: el desconocido Col de Creu y el duro Pailheres.
Salimos de Prades por una carretera general ascendente con bastante tráfico y viento de cara hasta llegar a Olette, donde al tiempo que abandonamos esta vía empezamos la subida al primer puerto del día.
Nos sorprende una ascensión de 23 kms por una carretera estrecha colgada literalmente de la ladera del monte con un barandado de protección de madera que le daba al puerto una imagen casi idílica. Bonito de verdad. Tras pasar un pueblito la carretera se encierra en un bosquecillo para, tras un par de amplias curvas, coronar a más de 1.700 mtrs de altitud. Un puerto de cierta entidad con los dos últimos kms en torno al 8%.
Foto, bocata (la experiencia de avituallamientos de Dolomitas nos guió desde el primer día ) y para abajo.
Bajada chula, hasta llegar a Matemale, una población llamativa para estar a 1.500 mtrs de altura.
En este punto debimos de confundir la ruta (mi falta de experiencia en el uso del gps se notó los primeros días. Los últimos parecía casi tenerlo integrado en el cerebro) porque no cuadraban los kms que teníamos para llegar a pie de Pailheres. Pero no nos importó mucho, porque cogimos una bajadota de escándalo que nos llevó al inicio del puerto en su integridad (en principio lo íbamos a coger a falta de 10 kms), con lo que matamos dos pájaros de un tiro: bajada de lujo y puerto íntegro. Eso sí, el peaje fueron unos pocos kms de más.
 
Pailheres aparece en muchas guías como uno de los puertos más duros del Pirineo y doy fe de que lo es. De hecho, le ponen más coeficiente de dificultad que al mismísimo Tourmalet. Después de llenar botellines en Mijanès, tras los primeros 5 kms, seguimos para arriba, estrechándose la carretera a partir de un aparcamiento de estación de esquí. De aquí hasta arriba, el puerto es impresionante: a la dureza de las rampas se une una carretera auténticamente de alta montaña con una interminable sucesión de “tornatis” que, entre paredes de nieve, nos lleva a los 2.001 mtrs de la cima. Vaya portarraco ¡!!
 
Arriba, nuestro ángel de la guarda, Endika, nos saca unas fotos y nos avitualla de todo lo necesario. Qué bien ¡
Fantástica bajada, a pesar de algún parón por las obras, hasta Aix les Thermes, en donde nos incorporamos a una general con densidad de tráfico y viento de componente nororeste ( oséase, de cara ) , que nos acompañó unos cuantos días para llegar al punto de destino, Tarascon; en donde Endika ya había efectuado el registro en el coqueto hotel Confort. (el día anterior, la llegada  a Prades nos deparó la sorpresa de que Les Glycines, nuestro alojamiento, no abría hasta dos horas después de llegar. Afortunadamente, contactamos por tfno y vinieron enseguida. Hubiera sido muy lamentable irnos a tomar unas cervezas vestidos de romano, aunque el tiempo era espléndido, le verdad)
 
Ritual de llegada: recuperaitor, ducha, estiramientos y crema refrigerante en las patas (a mí me dejaba tieso de frío) que al día siguiente tocaba otra soba.
Merienda con el kit de supervivencia que nos había preparado Karmele; y una vueltilla por el pueblo para hidratar nuestro maltrechos organismos y buscar el lugar dónde apretarnos la correspondiente ración de hidratos en forma de spaghetti, tagliatelle, o lo que tocase.
De vuelta al hotel, le pegamos un repaso a la ruta del día siguiente, que nos adentrará ya en territorio auténticamente Tour…

TRANSPIRENAICA  2013.  ETAPA 3

Tercer día de navegación por los Pirineos: con un acumulado de casi 250 kms en  los dos primeros días, toca afrontar una etapa de mayor entidad. Por delante más de 150 kms y cuatro puertos con un desnivel acumulado de más de 3.000 metros, por carreteras que transmiten ya esencia pura de la historia del Tour.
Después del desayuno, vestimenta, embalaje, y puesta a punto, iniciamos la ruta con un día sensacional.
De inicio, los 17 kms del Col de Port, que empieza suavecito para ir cogiendo forma con unos kms intermedios de cierta pendiente ( uno al 9 % ) acabando de nuevo más cómodo; entre arbolado abundante al inicio para abrirse en la parte más alta.
El día previo había notado que algo no iba bien en mi bici y las primeras sensaciones de esta etapa no hicieron sino confirmar mis sospechas: el cable de cambio no iba a aguantar mucho tiempo. No dije nada …de momento.

Descenso de gozar hasta Massat, donde un repechón nos ofrece una vista espectacular de la iglesia cuya torre apunta hacia el cielo hasta casi tocarlo, qué bonita ¡

Seguimos por terreno favorable ( salvo por las ya familiares obras de asfaltado, que incluso nos obligan a hacer unos centenares de metros bici al hombro por el pasto ) hasta Saint Girons, donde tras gestionar una rotonda increíblemente complicada (en esto los franceses se salen ) y después del intento fallido de llenar los botellines en la fuente del pueblo ( curioso que en pocos pueblos de Francia hay fuente ) nos dirigimos a través de lo que conocemos como “ falso llano” hacia la fase decisiva del día, el encadenado Aspet-Menté.
Afortunadamente, en Engomer ( un pueblito muy chulo) sí que hay fuente y nos plantamos con agua suficiente a pié del Portet de Aspet. Curiosamente, el puerto se llama Col de Aspet, pero se conoce como Portet de Aspet por el pueblo del mismo nombre que se encuentra a un par de kms de la cima. Subimos el puerto sin mayores complicaciones( los dos últimos kms se agarran bastante) y acompañados del calor que ya empezaba a apretar. Qué bien ¡!!
Nuestro ángel de la guarda, Endika, había aprovechado la fantástica mañana para hacer un poco de monte en la cima de este puerto y allí nos juntamos con él como si hubiéramos sincronizado los relojes. Acojonante.

Foto de rigor y para abajo….
……..para abajo para rememorar el hecho por el que lamentablemente más se conoce este puerto: la muerte en carrera de Fabio Casartelli en el Tour de 1.995.

Yo no tengo un recuerdo anterior a éste de un ciclista muerto en carrera y, como no puede ser de otra manera, me impactó mucho. En nuestra visita a la Madonna del Ghisallo ( en la expedición a Dolomitas 2.011, junto al Lago Como, de donde era Casartelli ) pudimos ver la bici con la que se mató. Y apenas tenía la horquilla un poco doblada; increíble que con tan poco daño en la bici se matase……

En fin, que nos tiramos para abajo con mucha precaución ( nos ha jodido ¡! ) y hacemos la obligada parada en el monumento a Casartelli y también en el lugar exacto en que se cayó (antes de bajar les comento a Karlos y Endika que recuerdo perfectamente las imágenes de la tele con una curva a izquierdas y el murete de protección ) tras una curva a izquierdas con una pendiente del 17 % según el garmin con un asfalto irregular: vamos…pa’ matarse !!

Momentos de gran emoción y sobrecogimiento. Los huevos de corbata.

Seguimos ruta y enlazamos de la misma con el Co de Menté ( en cuya bajada Ocaña perdió un Tour ) con un calorcete más que notable; el puerto nos sorprende ( a pesar de llevar estudiados los perfiles ) por su dureza: 7 kms de puerto de verdad, sin mariconadas ¡!!

Arriba aprovechamos para echar una cocacolita y un bocata ( perra vida ), charlar un ratillo con Endika y unos andaluces que hacen una ruta en montanbiki y prepararnos para el vibrante descenso( obras incluidas ) hasta Saint Beat, desde donde debemos afrontar otro tramo de terreno ascendente ( lo que se conoce como las estribaciones del puerto; pero que toca mucho las pelotas ) hasta Bossots, donde empieza la ascensión al último puerto del día: Portillón.
Tenemos suerte con el viento y no nos castiga de frente, con lo que nos plantamos a pie de puerto en un visto y no visto, entre cometarios de “ahí está la frontera”, ”no coño es un poco más arriba”, “ah, sí; que no me acordaba bien”, “ ya te lo había dicho” “cómo vas de agua”, “habrá que llenar bidones”

Carga de bidones y le comento a Endika ( que se pira para Luchon a hace el check-in en el hotel ) que pregunte por una tienda-taller de bicis, que no creo que me dure mucho el cable…
Los kms van hacinedo mella y el puerto se me agarra, creo que he comido poco.
Coronamos, foto y bajada triunfal hasta Luchon, población emblemática donde las haya en el Tour: de aquí partió la primera etapa de montaña en la historia de la carrera en el año 1.910 y por eso se celebra hoy en día cada dos años la clásica cicloturista Luchon-Bayona conmemorando aquella efeméride ( habrá que dir algún año de estos…. )

Alojamiento, ducha rápida y a buscar el taller de bicis que estaba ( según indicaciones de la amable recepcionista con la que Endika se había entendido…a pesar de no hablar francés, él ) junto a la iglesia, a la izquierda, al final de la calle.
Efectivamente, estaba allí… y tenían taller: TOOOMAAAAA ¡!!!!!
En el preciso instante en que le estoy explicando el problema con el cable a Gerard, subo dos piñones y CRACK ¡!! :  se parte.
Joder, qué suerte !!!!
Peeeeeroooooooo……..
El perro del mecánico (es un adjetivo, no había animal) se ve que tenía prisa por cenar…o que no se le puso en los cojones repararlo en ese momento ( a pesar de mi insistencia de que era una urgencia ) y nos emplazó a las 10 de la mañana del día siguiente… no nos quedaba otra. Eso sí. Le dejamos bien clarito que a las 9’30 , lo más tardar, estaríamos allí como un clavo.

Ante la perspectiva de tener que demorar la salida de la 4ª etapa, que teníamos programado afrontar temprano para no pasar mucho calor ( já ;qué felicianos ) decidimos apretarnos unas Leffes Blondes de fundamento con unos cascahueses antes de cenar.
Qué se le va a hacer…..

Al día siguiente nos esperaba el “Círculo de la muerte”, la historia del Tour de Francia, lo más de lo más:
la montaña de los Pirineos ( y de Tour por añadido ) en toda su magnitud, en toda su crudeza, en toda su dureza, en todo su esplendor…..y el pronóstico del tiempo: inmejorable ¡!!

… a pesar de un mínimo riesgo de tormenta