SEMANA DOLOMITICA

- ETAPA 3 (Martes, 12 / 07 / 2011) 107 Kmts

SELVA DI CADORE – PASSO GIAU – CORTINA D'AMPEZZO – PASSO TRE CROCCI – 3 CIME DI LAVAREDO – COTINA D'AMPEZZO – PASSO DI FALZAREGO – ANDRAZ- CAPRILE – SELVA DI CADORE

Repetimos el ritual de horarios y rutinas, al que ya le tenemos cogido el cayo; funcionamos como un equipo profesional, perfectamente coordinado y ensamblado; lo único que cambia es que cada día comemos más para desayunar y además, nos llevamos un bonus del bufet del hotel, en forma de bocadillos para aguantar el día; las barritas están bien, pero donde esté un bocata de jamón y queso…Jon Kepa ha creado escuela, ya que fue el primero en incorporarlo a la bolsa de avituallamiento.

Hoy toca arrancar cuesta arriba en frio, y los puertos, en el libro de ruta, asustan:

Passo Giau 10,2 kmts. 922 mts. de desnivel 9,03% de media
Passo Tre Croci 8 kmts. 579 mts. de desnivel 7,2% de media
Tre Cime di Lavaredo 7,2 kmts. 615 mts. de desnivel 8,54% de media
Passo di Falzarego 13,2 kmts 1.126 mts. de desnivel 8,53% de media

Pero estamos crecidos y no tenemos miedo a nada; a las 9 y equipados con la ropa oficial de la grupeta, arrancamos desde el hotel con la expectación habitual; algunos curiosos se acercan a fisgar nuestras bicicletas y ya solo nos falta firmar autógrafos; seguro que mañana cae alguno!

PASSO GIAU

El día anterior, en nuestro viaje a Cortina, habíamos tenido ocasión de descubrir este puerto, cosa que a Mikel no le gustó; es un purista del ciclismo y dice que los puertos hay que descubrirlos desde la bici; tiene su punto de razón, el bueno de Mikel, y creo que hubiésemos disfrutado más haciéndolo así, pero las cosas, a veces, hay que cogerlas como vienen…

Y la verdad es que el Passo Giau, es un puerto con mayúsculas; muy duro, bastante largo, con un paisaje impresionante…un autentico coloso dolomítico, digno de figurar entre los grandes del Giro y en los libros especializados; yo, personalmente, lo tenía catalogado como de segunda fila, por desconocimiento; quizá porque no se ha subido muchas veces el Giro, o porque no ha ocurrido nada espectacular en carrera, porque no suele ser final de etapa…un juicio injusto a todas luces; el Giau es un puerto con todas las de la ley.

Comienza la ascensión en frio, con poco más de 5 minutos encima de la bici; cada uno va cogiendo su marcheta y en poco tiempo rodamos todos separados, cosa que no había ocurrido en ningún puerto hasta ahora. Yo me encuentro a gusto, subo a ritmo y muy animado; vuelve a lucir el sol, hace calor, las vistas me desbordan y el día, de nuevo, promete momentos inolvidables. No se puede pedir más!

Mediado el puerto ya se han definido los grupos; los tres mosqueteros, rebautizados como Txirri, Mirri ta Txiribitón, se han ido por delante; Mikel Azkona, Ander, Karlos y yo, rodamos con muy poca diferencia entre nosotros y Asier, Gorka y Jon Kepa nos siguen un poco más atrás.

Todos nosotros, por la zona en que vivimos, nos consideramos unos privilegiados; tenemos la suerte de rodar por carreteras muy agradables y con poco tráfico; y disfrutamos de paisajes grandiosos, como La Sía, Lunada, Estacas de Trueba y otros muchos; pues todo lo que vemos aquí supera con creces lo que allí conocemos; por la luz, la profundidad, el color…como dijo acertadamente uno de los compañeros, esto es todo en 3D!

Poco antes de coronar el Giau bajan tres ciclistas, con muy buena pinta, to ciclaos! El último, con la ropa del Lampre, nos anima; luego nos contaron los tres mosqueteros que se trataba de Michele Scarponi, con quien estuvieron charlando en el alto durante unos minutos.

Nos juntamos todos arriba y dedicamos un rato a fotografiarnos en la rampa de llegada, de uno en uno; el paisaje de fondo es majestuoso y no queremos perdernos este recuerdo. Tras la foto obligada del cartel y con cierta pena por dejar atrás estas vistas, afrontamos una bajada larga y exigente; los porcentajes por la otra vertiente también son de atarse los machos y nos plantamos en Cortina en una abrir y cerrar de ojos.

PASSO TRE CROCI
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Aquí tuvimos el único despiste de la semana; todos bajamos agrupados hasta Cortina, menos Gorka y Jon Kepa; nosotros seguimos los carteles que indicaban la ruta hacia el puerto, pero Gorka se había quedado con otro camino la tarde anterior y tiraron por ahí. Estuvimos esperándoles durante un buen rato, y viendo que no llegaban pensamos que les había ocurrido algo; perdimos bastante tiempo hasta que decidimos que lo mejor era seguir adelante, ya que, de una forma u otra, teníamos que acabar encontrándonos en la cima del puerto; para darle más emoción a esta subida, Mikel también se despistó y se saltó el cruce a la izquierda que iniciaba la subida; en fin, el momento tonto de nuestro particular Girino.

El puerto no tienen ninguna dificultad y es bastante llevadero; además se hace entretenido porque, a medida que vas subiendo, hay varios restaurantes, áreas de recreo, con lo que te plantas arriba casi sin darte cuenta.
Cuando llegamos a la cima, allí estaban Gorka y Jon Kepa aburridos de esperar; todavía tardaron un poco en llegar Mikel y Asier, que había sido el encargado de ir a rescatarle; foto obligada en el cartel y descenso hacia la zona más turística y espectacular de la etapa; el lago Misurina y las tres cimas de Lavaredo.

TRE CIME DI LAVAREDO

Tras una bajada complicada por algunas obras, llegamos al lago Misurina; había odio hablar tanto de este lago, que al verlo me llevo una decepción, ya que no me parece nada espectacular, ni el lago, ni el complejo hotelero y hostelero que se ve a su alrededor; no digo que esté mal, pero me esperaba algo más grandioso y memorable.
Decidimos seguir adelante, ya pararemos en el lago a la bajada para hacer unas fotos y enfilamos la subida hacia las tres cimas; el perfil de este puerto es un tanto irregular, con una primera parte fácil, excepto una rampa al 11% y unos últimos cuatro kilómetros de los de apretar un güevo contra otro; cruzamos con sorpresa por unas cabinas de peaje, donde vemos que cobran por subir a todo tipo de vehículos, menos las bicis; y no cobran poco; 11 € a las motos, 22 a los coches y de ahí para arriba a las autocaravanas y autobuses; joder que soplillazo les meten!
El puerto se hace durísimo; de uno en uno, nos retorcemos como limacos encima de nuestras maquinas; con todo el desarrollo metido, las pendientes, de hasta el 19%, nos obligan a marcar velocidades de un digito durante muchos minutos; menudos apretones para avanzar tan poco! Esto tentado de decirle a una de las muchas motos que suben, que me deje agarrarme, pero sabiendo que le han calzado 11 loris, mejor no digo nada, no sea que me pida comisión por el enganche!
Durante muchos minutos, tengo delante del morro a Mikel y a Ander; parece que los tengo que coger en un momento, pero lo cierto, es que, para cuando llego a donde ellos estaban, a pasado casi un minuto; especial atención me llama una curva a la derecha, que parece tener el mismo peralte que las curvas de un velódromo.
Como al final, esto es cuestión de fuerza y paciencia, acabamos llegando a la cima; los compañeros que han llegado antes, Txiru, Iñigo, Aitor, Mikel y Ander, me animan en los últimos metros; estamos a casi 2.400 metros de altitud y sopla un viento muy frio; mientras me pongo el chubasquero y espero la llegada del resto de la grupeta, admiro el majestuoso paisaje que nos rodea y me pregunto el porqué de mi existencia.

Este fue el único puerto donde no sacamos la foto oficial en el cartel de cima, por una razón aplastante; no lo había. Pero si que inmortalizamos nuestro paso por este lugar tan excepcional; las vistas desde aquí resultan indescriptibles, de una dimensión que aturde; seguramente lo más extraordinario que llevamos visto hasta ahora; y esto es mucho decir, ya que todo lo que hemos dejado atrás ha superado nuestras mejores expectativas.

Hace un viento frio y molesto, así que nos lanzamos hacia abajo; el descenso es incomodo debido a las pendientes tan exageradas, que nos obligan a sujetar la bici constantemente; al ser corto, rápidamente llegamos al lago, donde, ahora si, paramos a echar unas fotos y admirar el entorno. Como anécdota, tenemos la ocasión de comprobar, una vez más, la mala hostia que les canta a algunos italianinis; y todo por dejarle media docena de bicis apoyadas en su mierda de furgoneta!

De camino al ultimo alto puntuable de la jornada, el Falzarego, tenemos que subir de nuevo el Passo Tre Croci; no figura como uno de los puertos “oficiales” de la etapa, pero Karlos anda nervioso, ya que estamos en la tercera etapa y todavía no ha puntuado en ninguno de los puertos que hemos subido hasta ahora; tras bloquear al grupo en la subida y correr en plan italiano total, pasa primero por la cima. A partir de aquí se desata la polémica, ya que Gorka y yo le decimos que no cuenta como puerto puntuable y el se niega a entrar en razón; tal es su ofuscación con este asunto que le llama por teléfono a Lorena para decírselo; ella dice que el puerto si que es puntuable, con lo que se acaba la discusión; si lo dice Lorena, el puerto es puntuable.

En la bajada de este puerto, parada estratégica para meternos al cuerpo una cola-loca y un panini; en dos días, esta costumbre ha calado entre los miembros de la grupeta con lo que, la sola mención de pasar de largo, provoca las iras de los más acérrimos defensores de la parada, como Asier o Jon Kepa; este último, además, empieza a mostrar una adicción a la coca-cola más que notable; menos mal que, de momento, no está en la lista de productos prohibidos por la UCI…

PASSO DI FALZAREGO

De nuevo en Cortina, iniciamos la última subida oficial de la jornada, el Falzarego, un puerto largo, precioso y que sería llevadero en caso de cogerlo con menos kmts., pero que, a estas alturas de la etapa, se clava en las piernas; no hay más que preguntárselo a Asier, que en este puerto, sufrió su particular travesía del desierto.
En la tónica habitual, la chavalería se marcha hacia delante; los demás subimos un poco más reservones; Mikel toma cierta ventaja y unos kilómetros más arriba le echamos mano; a formado grupo con una cuadrilla de txirrindus de Aragón y Navarra que vinieron a participar en la Maratona y se han quedado unos días más para hacer puertos dolomíticos; rodamos unos cienes de metros con ellos, pero enseguida cogemos la delantera; el puerto de deja subir con buen ritmo y seguimos pletóricos, a pesar del desgaste que ya llevamos; Gorka hace la goma durante unos kmts. y acaba juntándose con Karlos, Mikel y conmigo; los demás siguen por delante, y Asier, pasando miserias, sube a su ritmo.

Al coronar este puerto, nos sorprende el gran ambiente que hay en la cima; mucha gente pululando por allí, un acordeonista amenizando la jornada, y varias tiendas y baretos guapos; además no hace frio, ni viento, y se está francamente; sin prisa y con la tarea prácticamente hecha, aprovechamos para recrearnos con las vistas una vez más, tomando otra cola-loca.

Bajada muy larga y bonita, de las de disfrutar; estamos haciendo mucho hincapié en las subidas, pero durante estos días hemos gozado de unas bajadas espectaculares, de las que no se encuentran habitualmente; cada kilometro que hemos recorrido lo hemos disfrutado a tope; aquí no hay zonas de transición, todos los sitios por los que pasamos tienen algo que destacar, cada tramo por el que rodamos aporta valor al recorrido. Estamos en los Dolomitas, el corazón del Giro! donde se deciden las carreras, donde se escribe la historia!

Para llegar al hotel, subimos de nuevo el Colle Santa Lucia, como en la primera etapa; Karlos pasa otra vez en cabeza y, por supuesto, ni se nos ocurre discutirle la validez de los puntos; es puerto es puntuable ( como para decirle lo contrario, viendo como se las gasta…!)

Pasamos como si nada el inevitable repecho de 500 mts. y terminamos la etapa sobre las 6 de la tarde; hemos llegado al ecuador de nuestro reto y estamos felices como perdices; tres días de ciclismo puro, de cicloturismo total, con unos puertos increíbles y un tiempo excepcional; sin otra preocupación que dar pedales y disfrutar. El ambiente en el grupo es inmejorable y las cosas están saliendo mejor de lo que nos podíamos imaginar.

Ducha reparadora, sesión de cervezas para hidratar, viendo las fotos que vamos haciendo en el portátil de Jon Kepa (esto es una empresa fuerte!) y multitud de anécdotas y comentarios, donde cada uno aporta su punto de vista a lo acontecido, enriqueciendo las vivencias de la jornada.

Tras la cena, damos una vueltilla por los alrededores del Hotel mientras nos zampamos un gelato; mañana toca etapa de transición, más corta de lo habitual, ya que luego tenemos que cambiar el lugar de alojamiento y trasladarnos a Bormio, lugar desde el que afrontaremos las dos últimas etapas, las del Stelvio y el Gavia.

Vaya crónicas que te estás cascando Javi, estoy todos los días mirando al foro a ver si has puesto alguna nueva. Son muy extensas y con todo lujo de detalles, aunque se me están poniendo los dientes largos. Ayer busque todas las pedalier que tengo guardadas (solo guardo las que tienen rutas interesantes) y estuve leyendo las crónicas y consejos de Dolomitas.

Ahora solo falta que el encargado de poner las fotos se aplique igual que tu!!!!!

De verdad Zorionak Javi , te lo estás currando.

Javame escribió:Vaya crónicas que te estás cascando Javi, estoy todos los días mirando al foro a ver si has puesto alguna nueva. Son muy extensas y con todo lujo de detalles, aunque se me están poniendo los dientes largos. Ayer busque todas las pedalier que tengo guardadas (solo guardo las que tienen rutas interesantes) y estuve leyendo las crónicas y consejos de Dolomitas.

Ahora solo falta que el encargado de poner las fotos se aplique igual que tu!!!!!

De verdad Zorionak Javi , te lo estás currando.

Muchas gracias Javi; hemos vivido una experiencia magnifica y queremos tratar de compartirla con vosotros de la mejor manera posible; aunque no sea más que a través de estas crónicas y algunas fotos, nos gustaría que os hagais una ligera idea de lo que este viaje ha significado para nosotros; como hubiese ocurrido con cualquiera de los compañeros que no tuvisteis la suerte de venir a Dolomitas.

Gorka ha estado un par de dias en la Rioja, pero seguro que a partir de hoy mismo, hace los deberes; mientras tanto y para que sigas afilando los dientes, pongo la 4ª etapa.

- ETAPA 4 (Miércoles, 13 / 07 / 2011) 74 Kmts

ALLEGHE – AGORDO – PASSO DURAN – DONT – FORCELLA STAULANZA – SELVA DI CADORE

Adelantamos la salida en media hora; tenemos el equipaje recogido y al terminar la etapa, nos espera la ducha y sesión de coche para desplazarnos a Bormio. Tenemos 250 kmts. de distancia, pero los GPS amenazan con cerca de cinco horas de camino.

En el desayuno, directamente asaltamos el bufet; dejamos las bandejas sin embutido y los camareros nos miran raro, mientras reponen las existencias; como no vamos a comer nos preparamos una buena dotación de bocadillos para aguantar el tirón, antes del viaje.

Como excepción, hoy dejamos a libre elección la equipación a llevar; Gorka y yo, lucimos el maillot del Athletic, Karlos va de Pozatto como campeón de Italia, Aitor de campeón suizo, Txiru del Saxo Bank, Mikel de Euskaltel…, en fin, una banda!

Como habíamos dicho, la etapa de hoy es de transición; en casa una etapa de este tipo es ir al Pontarrón y volver. Aquí es subir dos puertos, con cerca de 2.000 mts. de desnivel acumulado y volver; casi ná!

La salida es la misma que en la segunda etapa; una hora de terreno favorable en la que hacemos una media de más de 35 kmts. Como ya estamos curtidos, llevamos con más soltura la forma de conducir de los spaghetis, e incluso nos atrevemos a increparles con dureza cuando nos hacen sus adelantamientos kamikazes.

PASSO DURAN

Y de la misma, nos metemos en materia; menudo portarraco! más de 12 kmts. con una pendiente media del 8%. Pasados los 2 kmts. iniciales, la subida se mueve todo el tiempo en pendientes que sobrepasan el 9%, con rampas puntuales que llegan a ser del 14%.

No hay espacio para relajarse y comentamos que la dificultad de este passo se asemeja mucho a la del Giau, que tanto nos había sorprendido. Este puerto tiene su historia en el Giro, donde se ha subido en varias ocasiones.

Los últimos dos kilómetros y medio la pendiente se dulcifica, lo que nos sirve para terminar la subida con buen sabor de boca; el final del puerto es muy bonito y llegar arriba nos ha llevado cerca de la hora; reagrupamiento, fotos para la posteridad y enseguida iniciamos la bajada; hoy no tenemos tanto tiempo para relajarnos como en etapas anteriores.

FORCELLA STAULANZA

Se trata del mismo puerto que subimos el día de nuestra llegada, pero por la otra vertiente, bastante más larga que la cara que sube desde Selva di Cadore. No es tan duro como el Duran, aunque es igual de largo; alguna pendiente se pone respondona, pero en general, se sube con relativa comodidad; una vez arriba, nos hacemos la misma foto que ya teníamos desde el sábado pasado; de esta manera cerrábamos el circulo tras 4 etapas maravillosas en esta zona de los Dolomitas.

Bajada hasta el hotel y única etapa de las cuatro en la que llegamos desde este lado, evitando el cansino repecho que hemos mencionado en las etapas anteriores.

Tras la ducha y un pequeño avituallamiento a base de los bocatas que habíamos socializado en el desayuno, abandonamos esta bonita localidad de Selva di Cadore, donde tan bien nos han ido las cosas durante los últimos cinco días.

A las dos de la tarde nos ponemos en marcha; pasamos por algunos de los lugares que ya habíamos recorrido en la bici, como el paso por La Marmolada y Canazei; la velocidad es lenta, los pasos por los pueblos se hacen eternos y el viaje termina siendo un verdadero coñazo, más largo y pesado de lo que habíamos previsto en un principio; para rematar la jugada, se pone a llover de lo lindo y llegamos a Bormio a las 9 de la noche en medio de una tormenta del copón.

El cambio de escenario es total; hemos pasado de un hotel pegado a la carretera en un ambiente rural, donde estábamos a nuestra bola, medio asilvestrados, a un hotel en plena calle mayor de Bormio; el entorno urbano, sin sitio especifico dejar los vehículos y además, hay que sacar ticket de aparcamiento en las calles adyacentes.

Cambiamos rápidamente el chip y nos acoplamos a la nueva situación sin ningún problema; faltaría más! Pero tenemos motivos de preocupación de mayor calado, y es que, nuestra buena estrella parece apagarse por momentos; los pronósticos del tiempo anuncian lluvia para los siguientes días. En las dos etapas que tenemos por delante vamos a coronar puertos por encima de los 2.600 mts. de altitud; si en el pueblo llueve y hace frio, en los altos la ruina puede ser total!

El motivo principal que ha inspirado este viaje es subir el Stelvio; doblegar sus 48 tornantes e inscribir en nuestro palmarés esta cumbre mítica; así que mientras cenamos, con apagones intermitentes de luz debido a la tormenta, decidimos que esa tiene que ser la etapa que hagamos en cuanto el tiempo nos brinde la oportunidad.
Expectantes y esperanzados, nos vamos a la piltra. Mañana el nuevo día, dictará sentencia.

Tras mi periplo riojano ( salidita con los compañeros del Quiropráctica Cilcling Team por Las Viniegras incluida ) me pongo de nuevo al tajo y casi ya mismo estoy con las fotos.

Las crónicas ....SUBLIMES !

Reflejan bien.
Muy bien.
Francamente bien lo vivido en esos días que desde hace algo más de una semana ya estamos echando de menos.

Poco más que añadir;
únicamente insistir hasta el aburrimiento en la enormidad de los paisajes. Llegas a la cima de un puerto absolutamente embelesado por el entorno y al asomar al otro lado.....HOSTIAS !!!!! QUE BARBARIDAD !!!!!
y así en cada puerto, en cada curva, en cada metro de ruta, casi en cada pedalada.

Esto dos días he estado consultando en la historia de los últimos 25 años del ciclismo que conforma la colección completa de "ciclismo a fondo" los distintos pasos del Giro por Dolomitas ; y la Forcella Staulanza ha visto pasar al pelotón rosa por la vertiente de Dont, que nosotros subimos en esta cuarta etapa.

Vamos, que hemos transitado por la historia del Giro de principio ( Gavia, Stelvio, Pordoi )
....a fin ( Staulanza, Duran, Rolle, Mortirolo)

Coño ! Qué bien !!!

Vaya lujo de crónicas. Me las voy a guardar en una carpeta junto con las fotos para recordar esta experiencia tan inolvidable.

Eskerrik asko Javi, por reflejar tan bien unos días tan intensos y tan espectaculares.

La verdad que han sido las mejores vacaciones en muchos años, no solo por los paisajes, si no por el buen ambiente que se ha respirado.

Tendremos que repetir el año que viene....

Vamos con la quinta etapa; igual se me ha ido un poco la pinza, pero es que el Stelvio me provoca una sobremotivación; pero bueno, vosotros direis...

-ETAPA 5 (Jueves, 14 / 07 / 2011) 98 Kmts

BORMIO – BAGNI DI BORMIO – PASSO DELLO STELVIO – SANTA MARIA – GLORENZA – PRATO ALLO STELVIO – PASSO DELLO STELVIO – BORMIO

Hemos descansado mejor de lo que podíamos imaginar; a pesar de la incertidumbre sobre el tiempo, el cansancio acumulado es grande, así que dormimos como niños de cuna (hay dos versiones diferentes de lo que significa dormir como un bebe; para unos es dormir de un tirón toda la noche; para otros, despertarse llorando cada dos horas)

Nada más sonar el despertador saltamos hacia la ventana; la mañana es fría y hay nubes por algunas zonas, pero el azul predomina en buena parte del cielo: hay etapa!; con ánimos renovados, bajamos a desayunar; mientras vamos dando látigo a todo lo que pillamos, comentamos las posibles variables que podemos encontrarnos durante la jornada de hoy; Mikel, perro viejo en aventuras de este tipo, nos recomienda llevar toda la ropa de abrigo que podamos; manguitos, chaleco, chubasquero, guantes largos…hoy los bolsillos del maillot van a ir a reventar!

Nos ponemos en marcha, en esta ocasión equipados con el maillot dolomítico confeccionado para este viaje; hoy es el día grande! El Stelvio nos espera!

PASSO STELVIO DESDE BORMIO

Dicen que cualquier ciclista que se precie, no puede tenerse por tal, hasta que no suba estos tres puertos; Tourmalet, Galibier y Stelvio; algunos de los que estamos aquí (Gorka, Karlos, Iñigo, yo…) solo estamos a falta de este último para lograr nuestra triple corona; por fin ha llegado el gran día!

Iniciamos la subida al Stelvio por la cara menos conocida, desde las mismas calles de Bormio; la mañana es fría, pero con la subida y la emoción entramos rápidamente en calor; el puerto es espectacular; duro, largo, inmenso…a medida que ascendemos, el paisaje va ganando en belleza y espectacularidad; si esta es la cara “fea” como será la otra! Pasamos varios túneles (galerías les llaman los italianos) donde no se ve absolutamente nada, mientras vamos superando tornantes; la sensación de frio aumenta considerablemente con el paso de los kilómetros, pero estoy disfrutando de la subida como pocas veces en mi vida; no tengo ningún interés en que termine el puerto; me encuentro tan a gusto, tan entusiasmado, que quiero que dure todo lo posible (“pues vete más despacio” dirán algunos, pero coño, tampoco se trata de eso!)

Ruedo casi todo el tiempo junto a Ander, Karlos y Mikel; me parece importante llevar algún compañero al lado, para poder compartir lo que estoy viviendo y sintiendo: lo más penoso que puede ocurrir en una situación como esta, es contárselo a alguien sin capacidad de asimilar lo que significa estar aquí; creo que sabéis perfectamente lo que quiero decir.

Esta vertiente del puerto no tenemos que subirla hasta la cima; 3 kmts. antes de coronar, cogemos un desvío y entramos en Suiza; el plan es bajar todo el puerto por aquí y dar la vuelta hasta la localidad de Prato, para coger de nuevo el Stelvio por su famosa vertiente, la de las 48 tornantes.

Nos reagrupamos en el punto señalado y con un frio considerable y acompañados de una fina y molesta lluvia, nos hacemos las fotos correspondientes; todos comentamos entusiasmados lo espectacular del puerto, pero la climatología no aconseja detenerse mucho tiempo, por lo que, abrigados con todo lo que tenemos, iniciamos el descenso.

La bajada transcurre por carretera suiza; y la verdad es que no le falta de nada; frio y lluvia en los primeros kmts. con buen asfalto y curvas espectaculares; varios kmts de sterrato, donde menos mal que llovía menos y que no tuvimos ningún pinchazo, porque no era el mejor sitio para haber tenido que ponerse a cambiar; el paisaje en este tramo, acojonante; alguno comentó que parecía el parque Yeloustone, aquel donde vivía el oso Yoghi; no se si lo sería o no, pero el tramo era de película, con unos bosques tan perfectos que parecían irreales. Un privilegio haber pasado por aquí.

Justo termina la bajada en un pequeño pueblo, donde paramos a reagruparnos; mientras comemos una barrita, terminan llegando Gorka y Jon Kepa, que se han tomado la bajada con algo más de tranquilidad.

La temperatura ha mejorado y deja de llover, pero tenemos el frio metido en el cuerpo, así que aprovechamos el terreno favorable para rodar a gran velocidad; con el cuentakilometros marcando constantemente cuarenta y tantos por hora, y en Suiza, me siento como si fuera Cancellara; ahora entiendo como rueda tanto este hombre!
Vamos a tanta velocidad y Suiza es tan pequeña, que sin darnos cuenta, nos salimos del país. Así, como suena; de repente vemos una garita y unos carabinieri nos dan paso hacia delante; de nuevo, rodamos por Italia.

Llegamos con un sol resplandeciente a la localidad de Prato, inicio del Stelvio, donde paramos a tomar un café y recuperar un poco el tono, cogiendo fuerzas para la subida que nos espera; algunos compañeros se han echado a perder en pocos días y no pueden prescindir del panini y la coca-cola; que duro les va a resultar volver a las rutinas de la grupeta!

Y, por fin, nos ponemos de nuevo en marcha; ha llegado el momento decisivo que tanto tiempo llevábamos esperando!

PASSO STELVIO DESDE PRATO

La subida se inicia con buena temperatura y en el cielo se mezclan los claros con las nubes; todavía no divisamos más que la primera parte del puerto, pero se adivina que la niebla no nos permitirá contemplarlo en toda su inmensidad.

Los primeros kmts. resultan cómodos; no hay grandes pendientes, ni apenas curvas; un rio muy caudaloso, con el agua del color del cemento, ruge con fuerza a nuestra derecha. Raul e Iñigo se han ido hacia delante como acostumbran; Aitor se lo toma con más tranquilidad y rueda con nosotros; no es la primera vez que lo hace ya que durante las etapas anteriores, a alternado subidas a ritmo ligero con Txiru e Iñigo, con otras más tranquilas, con el resto de la grupeta, parando a echar unas fotos y demás; de todas formas le cuesta cambiar el chip, y hace comentarios del tipo “vaya ritmo de globeros que llevamos”; tranquilo Aitor, que hemos venido a disfrutar y los gemelos no te van a apretar hoy!

Seguimos ascendiendo en animada conversación, cuando de repente, ante nuestros ojos, aparece el esperado cartel “48 tornante”; el Stelvio por esta cara es conocido en el mundo txirrindulari como las 48 tornantes; cualquier amante del ciclismo, sabe de que puerto estamos hablando mencionando este dato. Nos tiramos casi en marcha de la bici y rodeamos el letrero, posando para la posteridad.

Poco a poco seguimos haciendo camino; con más de 25 kmts. de subida y un desnivel de 1.400 mts. al 8,2% de pendiente media, el gigante dolomítico nos pone a prueba; para tocar su cumbre, a más de 2.750mts. de altitud, tendremos que sudar durante casi dos horas; no hay problema, a esto hemos venido; llevamos años soñando con este momento y a medida que vamos quitándole kilómetros, la emoción se adueña de nosotros; Karlos lo define perfectamente cuando dice que “siente a la vez una mezcla de alegría y tristeza”; que cada uno lo interprete como quiera, pero yo me identifico totalmente con esta frase de mi compadre.

El Stelvio es uno de los lugares más espectaculares del planeta; el paso se construyó hace casi 200 años y debido a su lugar estratégico, entre las fronteras de Suiza y Austria con Italia, fue escenario de encarnizadas batallas durante la primera guerra mundial. A nivel ciclista, estamos hablando de una de las cumbres más legendarias que existen, lugar de gestas épicas protagonizadas por ciclistas de leyenda como Coppi, Bartali o Merckx ; y ahora somos nosotros los que estamos aquí, subiendolo; si te pasan estas cosas por la cabeza mientras vas ascendiendo es inevitable que se te ponga la piel en el pellejo.



Para que no falte de nada, durante la subida nos ha llovido; y sin parar del todo se ha puesto a lucir el sol; Asier está exultante con esta circunstancia; si le hubiesen dado a elegir, no habría sido capaz de escoger un menú tan completo y fascinante para afrontar un puerto mágico como este; además la temperatura es mucho más agradable que por la otra cara del puerto; no pega el viento y la ladera del monte nos protege.

Mediado el puerto hacemos una nueva parada para echar fotos; con 10 kmts. todavía por delante, el puerto se muestra ya en su totalidad; a pesar de que la niebla lo cubre por partes, el paisaje resulta majestuoso; que insignificante resulta uno en medio de tanta grandeza! Las curvas se suceden una tras otra, en un constante zig-zag; echar la vista a un lado, contemplar semejante paisaje, llega a marear; el esfuerzo por verlo todo, por capturar cada detalle en nuestra memoria resulta casi más agotador que la propia subida; además llevamos un buen rato por encima de los 2.000 mts. y esto se deja notar cuando tratar de imprimir intensidad al pedaleo.

En estos últimos kmts. del puerto, ruedo junto a Karlos; además de mi hermano, que viene algo más atrás, no podía encontrar mejor compañía para llegar a esta cumbre tan especial; comienza la cuenta atrás; 10 tornantes, 9, 8, 7…nos vamos animando mientras Karlos me va marcando la altitud con su reloj de montaña; huele a cima, pero los números cantan y todavía tenemos que salvar algunos cienes de metros; 5 tornantes, 4, 3, 2; ahora si, amigo, ahora si, el Stelvio es nuestro; dejamos atrás la ultima curva y afrontamos la recta que nos lleva a la cima Coppi por excelencia de los puertos italianos; emocionados y de la mano, coronamos el Stelvio.

En la cumbre nos juntamos con los compañeros que han llegado antes que nosotros; nos saludamos y abrazamos con ellos y durante unos segundos me cuesta hasta hablar de la emoción; son muchos los sentimientos que se mezclan en un momento así.

Esperando a los que todavía faltan, Gorka, Ander, Asier, Jon Kepa… zascandileamos por los txiringuitos que hay por aquí; hay un ambiente increíble, gente a tutiplén y gran cantidad de tiendas y locales de hostelería. Aprovechamos para comprar unas postales del Stelvio, para llevar como recuerdo; diez iguales, una para cada uno.

Una vez todos reunidos y tras los efusivos saludos a los últimos en llegar, nos hacemos la foto soñada en el cartel del puerto: PASSO DELLO STELVIO 2.758 MTS.

Cuando ya nos retirábamos, aparece Dario Cioni, “pro” del Sky; resulta ser un tío mas majo quel copón; nos cuenta que está concentrado en altitud junto con más profesionales de diferentes equipos, que están preparando la vuelta a España y alguna otra carrera por etapas del mes de agosto, y nos dice que, en una oficina al lado de donde nos encontramos, dan diplomas que certifican que has subido el Stelvio; nos pide encarecidamente que nos hagamos una foto con el, cosa a la que no podemos negarnos; y tras darle un apretón de manos, nos vamos entusiasmados a por nuestro diploma.

Echamos un buen rato en conseguir nuestros flamantes certificados y cuando salimos a la calle, desde el calor de la oficina, nos quedamos más tiesos que un pibi; además está lloviendo un poco, con lo que la bajada será dura; se masca la tragedia!

Efectivamente, los primeros kmts. resultan durísimos; vuelve a soplar un viento gélido, que unido al agua y al largo parón que realizado, nos hace retemblarnos; aún así paramos para echar unas fotos; no podemos dejar pasar esta ocasión única para llevarnos un recuerdo más del coloso alpino. A medida que perdemos altitud, deja de llover y mejora la temperatura; lo peor ya ha pasado, y ahora disfrutamos de lo resta de bajada y del excepcional paisaje; negociando las galerías con muchísimos cuidado, terminamos la bajada y nos plantamos de nuevo en las calles de Bormio. Son las 15:30 y hemos completado nuestra quinta etapa; felices y dichosos nos vamos a la ducha para, rápidamente, bajar a ver el Tour; hoy termina en Luz Ardiden y Samuel nos tenía reservada una alegría para redondear la jornada.

Empleamos el resto de la tarde en dar una vueltilla por la ciudad, viendo una tienda de bicis (que raro, no?), brindando con unas birras (de la marca Stelvio, como no!) y cenando francamente, mientras recordamos y recontamos una y mil veces las experiencias vividas.

Si antes de venir aquí, nos hubiesen dicho que íbamos a poder completar sin ningún incidente y con un tiempo como el que hemos disfrutado cinco etapas de las seis previstas, nos hubiésemos dado con un canto en los dientes; pero ahora queremos más, somos ambiciosos y no nos conformamos; El Mortirolo y el Gavia nos esperan; queremos completar las seis etapas previstas!

Nos vamos a planchar la oreja con la expectativa de que el tiempo nos brinde la oportunidad de hacerlo. Mañana veremos…

QUÉ EMOCIONANTE, COÑOOOOOOO !!!!!!!!!!!!!

Birra Stelvio en mano, ultima, y que ansiosa aguardaba en la nevera la ocasion me acabo de merendar la cronica y os aseguro que ha sido un momento ¨climax¨, que engorilada joder!!

Todavia tengo sellado en la mente la vision a 4 kilometros de la cima de levantar la cabeza y ver un puto MURO frente a mi al cual solo podriamos hacer frente, o bien con unas chiruca y un piolet, o con la bici mediante sus inolvidables ¨tornatis¨, no se, es como ir andando por Bilbao y derrepente alzar la vista y encontrarte de bruces con la jodida torre Iberdrola!! Y que decir de la bajada hacia Bormio.... bufff me lo pase pirata turbando en las curvas a mas puro estilo Simoncelli.

Por cierto Javi, miratelo que lo mismo estas palmando pasta en tu curro y lo tuyo es ser cronista, lo haces bastante pero que bastante mejor que algunos zangolotinos del papel ¨couche¨. Gracias amigo.

Estoy ultimando los afotos dolomíticos y entre las crónicas, las imágenes, los comentarios y demás....casi que me entran ganas de ponerme a llorar.
De emoción, por supuesto.

La subida al Stelvio es algo que se escapa al mero hecho de andar en bici.
Como bien dice Asier, la verticalidad que tiene el monte cuando encaras los úlitmos diez o doce tornatis es para caerse pa'tras.
De culo.

Como la pared de un frontón, atravesada por una obra maestra de la arquitectura que nos permite dominar la pendiente sobre la bici, surcando esos impagables tornati, sustentados sobre muros de piedra, enlazando uno tras otro como si de una atracción de feria se tratase.

Qué espectáculo, amigos ! Qué espectáculo !!

Díficil de transmitir. Muy difícil.

en una sola palabra IN-SU-PE-RA-BLE E IM-PRE-SI-O-NAN-TE

Joder Javi creo que es mejor leerte a ti que ir alli a verlo. Pedazo de cronicas. Pasaselas a las oficinas de turismo de las zonas para que las incorporen en la proxima campaña publicitaria que hagan.

Vamos con la última etapa.

-ETAPA 6 (Viernes, 15 / 07 / 2011) 110 Kmts

BORMIO – MAZZO DI VALTELINA – PASSO MORTIROLO – PONTE DI LEGNO – PASSO DI GAVIA – STA. CATERINA VALFURVA - BORMIO

Y al levantarnos por la mañana, el cielo amenazaba ruina; no se veía ni un mínimo pedazo de azul, ni una pequeña puerta abierta a la esperanza.

Durante el desayuno, la mitad de los compañeros callados; la otra mitad no decía nada; un gran ventanal a nuestro lado nos recuerda constantemente la que nos puede caer en caso de seguir adelante; pero quien dijo miedo! A las 9 arrancamos como de costumbre; todavía no hemos empezado a rodar y mientras nos hacemos la foto oficial anterior a cada etapa, comienzan a caer las primeras gotas; unos dicen de esperar, otros, más decididos, prefieren seguir adelante.

Jon Kepa no toma la salida hoy; motivos laborables le reclaman y dedicará parte de la mañana a gestionarlos desde su flamante ordenador portátil; todo lo conseguido hasta la fecha a cubierto sobradamente sus expectativas; de todas formas nos anuncia que subirá el Gavia por la otra cara, desde Bormio, y estará con el resto de los compañeros disfrutando de la ultima cumbre de nuestro particular Giro, cosa que nos alegra, ya que sería una pena no estar los diez en esta ultima cita.

A pesar de las gotas, iniciamos la etapa, y veremos que cariz toma esto; “vamos yendo, vamos viendo”. Sin llegar a recorrer 5 kmts. la situación se complica; paramos a ponernos chubasqueros y alguien comenta que este es el momento de tomar una decisión; si seguimos adelante el terreno favorable pronto nos alejará de Bormio irremediablemente; pensando en lo que puede suponer completar una etapa como esta en unas circunstancias tan adversas, nos damos media vuelta y regresamos al hotel. No renunciamos a la etapa, pero vamos a esperar durante unas horas y ver como evoluciona el tiempo.

Estamos descolocados; una vez que nos cambiamos de ropa y perdemos la tensión, cuesta ponerse en situación de “volver a empezar”; hemos pensado aprovechar el tiempo para dar una vuelta por Bormio y hacer alguna compra, pero lo cierto es que deambulamos por las calles centrando la atención en el cielo; ahora parece que levanta, de repente vuelve a llover…mientras tomamos un café en una terraza nos vamos animando al ver nuestra sombra; empiezan a verse azules en el cielo y nos venimos arriba al comprobar que es nuestra oportunidad; volvemos al hotel, nos equipamos de nuevo con la oficial de la grupeta y sobre las 11:30 reiniciamos la marcha.

Esta vez si; la temperatura ha subido de forma considerable y el sol nos acompaña en esta parte del recorrido, por terreno favorable. Rodamos por una carretera secundaria, paralelos a una autovía y los coches brillan por su ausencia; mientras cubrimos kmts. con facilidad nos vamos acercando al Mortirolo.

Adelantamos a media docena de holandeses, tres chicos y tres chicas, que también se dirigen hacia allí; tras un par de despistes sin trascendencia en sendos cruces, nos plantamos en la base de este empinado puerto.

MORTIROLO

El Mortirolo es exagerado; en sus 12 kmts. largos, hay que salvar 1.300 mts. de desnivel, con una pendiente media del 10,5 %. ¿podéis haceros una idea?

Lo primero que nos sorprende es la entrada al puerto; un cruce a la derecha muy cerrado y por una carretera que se antoja demasiado estrecha; cuesta imaginarse a un pelotón de 200 lobos pegándose codazos para ganar la posición.

Tras unos primeros metros, pocos, algo más llevaderos, la pendiente se inclina de forma exagerada para no volver a suavizarse en todo el puerto; el ritmo de subida es cansino y alternamos constantemente el pedaleo sentado con el baile sobre los pedales; no se trata del típico puerto con pared en un lado y ladera en el otro, sino que es muy cerrado y con mucha vegetación; esto provoca que en algunas zonas no entre el sol, con lo que la carretera está húmeda y se pierde tracción al pedalear de pie, dándole todavía más emoción!

Ascendemos bastantes agrupados, pero separados unos metros entre unos y otros; aquí cada uno coge su ritmo y sálvese quien pueda; durante mucho tiempo, al igual que me ocurrió en Lavaredo, llevo muy cerca a Mikel y Asier; parece que puedo cogerlos a nada que me lo proponga, pero lo cierto es que hacerlo me supondría un esfuerzo exagerado. Si miro hacia atrás, veo a lo lejos a Karlos y Gorka; y entre medio, rueda uno de los holandeses que habíamos visto en la aproximación al puerto. El tío cabrón se tira más de 20 minutos a unos 40 mts. detrás de mi; ni se acerca, ni se aleja, cosa que me jode bastante, ya que lleva una música insoportable y machacona que no puedo evitar escuchar con lo que me va reventando buena parte de la subida; lastima no se le agoten de repente las putas pilas, o se le cortocircuite el aparato con el sudor!
Por fin me adelanta y aflojo un poco el ritmo para que marche a tomar por culo; encima sopla como un bufalo, parece que va echando el resto; para mi que está poseído por esa música infernal.

Es curioso, pero cuando llevas tanto tiempo en rampas tan duras, aprovechas cualquier disminución del porcentaje para recuperar y coger aire; ahora un 10% parece un tramo asequible para sentarse y respirar; y mientras voy pensando en esto, llegamos a la curva en la que, a falta de 3 kmt. para la cima, está el monumento que rinde homenaje al gran Marco Pantani!

Algunos compañeros están allí parados, esperando a los que venimos detrás; me bajo de la bici y enseguida llegan Karlos, Gorka y Ander. Mucha gente de la que por allí ha pasado cumple con el ritual de dejar alguna prenda en homenaje al gran Marco. Esta práctica siempre me ha parecido bastante cutre, ya que la mayoría del personal deja la primera mierda que se le ocurre; menudo homenaje de los cojones dejar un muñequito de Nemo (que lo había); además, el paso del tiempo y las inclemencias meteorológicas dejan todo lo que hay convertido en una piltrafa. Pero Karlos es un tradicionalista y no duda en quitarse uno de los botines de la grupeta para rendir tributo al mejor escalador que recordamos; nos parece bien, pero ya que lo hacemos, vamos a hacerlo bien. No voy a dar más explicaciones sobre este momento; solo decir que algunos de los compañeros, cuando se lo proponen, son un poco cabroncetes; en pleno esfuerzo para llevar a cabo nuestro propósito, me hicieron reír a carcajadas, poniendo en peligro la integridad de Karlos; cuando veáis las fotos lo entenderéis.

De aquí hasta la cima subimos sin mayores contratiempos; el paisaje en este puerto no resulta tan espectacular como muchos de los que hemos subido anteriormente; tampoco hay edificios, ni gente en la cumbre; se nota claramente de que es un puerto sin más historia que la reciente; toda su grandeza reside en las rampas que hemos dejado atrás.

Fotos para la colección y enfilamos una larga y preciosa bajada que nos lleva a la carretera general por la que nos aproximaremos al Gavia, nuestro último puerto.

En este tramo de falso llano, que diría Pedro Gonzalez, medimos mucho el uso del plato; hemos comprobado durante estos días que abusar del plato es lo que te mata; además se nos juntan otra vez los 3 holandeses ( de las holandesas, nunca más se supo) que empiezan a resultar un poco cansinos; para venir de un país de rodadores, resultan algo torpes; van a tirones y aceleran cuando llega algún repecho. Nosotros seguimos a nuestro ritmo y solo Aitor les sigue la rueda cuando aceleran; con este juego llegamos a la bonita de Ponte di Legno, donde Asier nos da a elegir: o paramos, o paramos; así que paramos a avituallarnos con el imprescindible panini+cola-loca. En plena plaza principal del pueblo nos sentamos al sol en una terraza; estamos mejor que en brazos; tan a gusto que no nos importan pagar los 10 € por barba (4 de la coca+6 del panini) que nos soplan estos aprendices de bandoleros.

En este momento nos llama Jon Kepa, desde la cima del Gavia; nos dice que luce el sol en la cumbre, lo que nos anima todavía más.

Reseñar que, durante las paradas que venimos haciendo en todas las etapas para el tomar el kit-kat, Karlos tienen sus minutos de gloria y nos ameniza los descansos con sus desternillantes historias; alguno ha dejado más fuerzas partiéndose de risa en estos descansos que durante las subidas ¿verdad, Iñigo?

Y después de reponer fuerzas, nos sentimos preparados para afrontar nuestro ultimo objetivo!

PASSO DI GAVIA

Nos enfrentamos a otro de los puertos míticos del panorama ciclista; con sus 17, 5 kmts. y una pendiente media cercana al 8%, el Gavia se asemeja en dureza a colosos pirenaicos como el Tourmalet o Aubisque.

En el histórico giro del 88, en este puerto se vivió una de las etapas más dramáticas y dantescas que se recuerdan en el imaginario ciclista; bajo una impresionante nevada, los corredores hacían equilibrios para mantenerse sobre sus monturas mientras ascendían; bastante peor fue el descenso, que se convirtió en un ejercicio imposible debido al frio y la nieve. La etapa dejó imágenes imborrables por su espectacular crudeza. Tras un giro de cerca de 4.000 kmts., una sola etapa, un solo puerto, sirvió para convulsionar la clasificación general, sentenciando la carrera a favor del americano Andy Hampsten.



Los tres primeros kmts. sirven para entrar en calor, pero enseguida la pendiente se vuelve exigente; porcentajes sostenidos del 9% alternando de vez en cuando con alguna recta del 12 nos hacen aplicarnos con ahínco para mantener un ritmo digno; Gorka empieza a pasar dificultades desde el primer momento y en pocos kmts. se queda bastante atrás; los demás vamos subiendo como podemos y poco a poco se van formando los diferentes grupitos; Txiru con Sevilla por delante, Aitor y Asier, Ander con Mikel, Karlos y yo…

Al igual que en el Stelvio empiezan a caer una gotillas que no pasan a mayores; la carretera es áspera y dificulta el rodar el la bici, exigiéndonos todavía un mayor esfuerzo. A medida que van pasando los kmts, tomamos consciencia de la gran dificultad que tiene esta ascensión; no hay lugar para el descanso y la dureza aumenta con cada kmts. que vamos recortando.

A unos tres kilómetros largos para coronar entramos en un túnel impresionante; largo, negro, agobiante…las luces de un coche que baja nos indican la terrible pendiente a la que nos enfrentamos; tras unos minutos que se hacen interminables, salimos de nuevo a la luz; enseguida nos cruzamos con Jon Kepa, que ha bajado un poco y nos anima a un último esfuerzo; de la misma, se va al encuentro con Gorka, para acompañarle en lo que resta de subida.

Sin poder reducir ni un poquito el nivel de exigencia llegamos a la última recta; el puerto se ha hecho duro, muy duro, pero finalmente, llegamos a su cima; nos sorprende su aspecto desangelado; apenas tres edificios en un entorno poco acogedor; muy poca gente, al contrario de lo habitual en la mayoría de los puertos anteriores.

Pero nosotros estamos felices; acabamos de coronar nuestro último puerto, haciendo pleno total sobre el plan previsto. Cuando llega Gorka con Jon Kepa nos dice que ha sido el puerto que más duro se le hecho en toda la semana. Entramos a un bar que hace las veces de restaurante, tienda, pequeño museo del Gavia, y allí nos felicitamos todos por el logro conseguido; todavía dedicamos un buen rato a tomar unos cafés, comprar algún recuerdo y entrar en calor; una corta granizada nos retrasa la salida, pero al poco nos ponemos en marcha para afrontar los últimos 25 kmts. de la etapa y del stage dolomítico.

Solamente llueve en el primer kmt. y para el tercero la carretera está seca; la bajada es de ensueño, larguísima, con curvas perfectas, y buena carretera; y aquí se produce el primer y ultimo incidente de toda la semana, en forma de pinchazo de la bicicleta de Karlos. Tras el cambio de cámara, seguimos el descenso que nos llevará hasta la misma puerta del hotel, en Bormio. Son casi las 8 de la tarde y tras la merecida ducha nos vamos a tomar unas cervezas para celebrar nuestro éxito; las cosas han salido mejor de lo que podíamos esperar y desbordamos entusiasmo. Tras la cena, en la que esta vez si, dejamos a un lado la pasta, nos vamos al hotel a descansar. Mañana nos toca un largo viaje y el desgaste que hemos ido acumulando no invita a estirar la noche.

EPILOGO

En la suma de estos siete días, hemos cubierto cerca de 700 kmts.; hemos subido 20 puertos; hemos acumulado casi 20.000 metros de desnivel.

Hemos gozado y hemos disfrutado, nos hemos divertido, nos hemos reído (mucho), hemos sufrido (poco), nos hemos emocionado; pero por encima de todo hemos vivido una experiencia inolvidable, cuyo recuerdo perdurará para los restos; cuando, a partir de ahora, veamos el giro, nos hablen de los dolomitas, de sus puertos, de sus prestigiosas marchas ciclodeportivas, podremos decir que “nosotros estuvimos allí”.

El viaje de vuelta resultó muy pesado, como no podía ser de otra manera; con ganas de volver a casa cuanto antes, nos pusimos en marcha con el objetivo de hacerlo todo de un tirón; aprovechamos la aproximación a Milán para ver la Madonna del Gishallo, la pequeña iglesia que es patrona de todos los ciclistas del mundo; vimos el lago de Cómo y sufrimos sus serpeteantes y estrechas carreteras; vimos finalizar la etapa del Tour de Francia que terminaba en Plateua de Belle; y relevándonos cada dos horas, llegamos a Zalla a las 8:30 de la mañana del domingo 17 de julio. Cansados pero felices. Muy felices.

Pues poco más se puede decir después de estas crónicas tan precisas, interesantes, emocionantes y divertidas.

Te lo has currao, hermano!!
Y bien, además.
Apuntar tan sólo que, efectivamente, Karlos se creció en cada avituallamiento.
No sé si sería la fórmula de la cola loca o qué, pero doy fé de que he visto a pocas personas reirse tanto como a Iñigo en esos momentos.

En cuanto a los puertos ( que es a lo que fuimos ), todos y cada uno de ellos han sido un espectáculo de principio a fin.
Unos tienen más nombre, más historia.
Otros menos recorrido.
Y algunos no los conocen ni en los pueblos más cercanos; pero para dar una vueltilla en bici han resultado "tope de gama".
Desde la toma de contacto de la Forcella Staulanza del primer día, hasta el mítico Gavia final ( que por cierto me costó la de Dios es Cristo subir. Pero .......QUE BONITO!!!!!!! )

En fin, una experiencia totalmente recomendable ( por no decir obligatoria) que, sin duda, merecerá un repito.

COMO LA HEMOS GOZAU !!!!!!

Pues una vez leidas y releidas las fabulosas cronicas os digo (y estoy sguro de que este es el pensamiento de todo el mundo): que gozada, que envidia pedazo de cabrones.
Y ademas de perdernos estos maravilosos paisajes, esto no es lo peor, ya que ahi seguiran para el dia que alguno decida ir, peeeeero, nunca veremos esa expectacular entrada en escena de super Ander vestido de demonio de Tasmania.
Y como no tambien hay peros. Como en un viaje tan organizado se puede llegar a dar la imagen mas parecida jamas vista de un grupo de ciclistas al ejercito de Pantxo Villa como ese dia que ibais cada uno vestido de un padre distinto. Joder si hasta etudiasteis al mas minimo detalle como os teniais que poner para las fotos.
Lo dicho: que envidia, que gozada y gracias por contarnoslo tan bien.

ULTIMA HORA!!
El giro de Italia rendirá homenaje a la grupeta en la edición de año que viene, con un final de etapa en la penultima etapa en el Stelvio!!!

Chavales!!
Estaba yo ojeando los recorridos del Giro 2012, cuando al pasar por la etapa 17 me he llevado una grata sorpresa. Passo Duran, Forcella Staulanza y Passo Giau. ¿Os suena el final de etapa? ¿Es un homenaje al paso Dolomítico de la grupeta? ¿Se registrarán en el foro Bruyneel, Matxín y compañia para leer las crónicas de Jabi?

Habrá espectáculo!! y ... habrá que verlo!!!

No te dejes Valparola, que es una sobrecima del Falzarego.

Seguro que verremos la carrera con otra perspectiva.
Qué bien !!

Ya te digo, esta no habra que perdersela tiene buena pinta,
encima ya conocemos algun puerto que nos hizo sufrir jejeje.
nos vemos, agurrrr.